El médico de cabecera es el médico responsable de la salud de una persona. Ejerce su labor cerca del enfermo y desempeña una función de intermediario o «interprete» entre los pacientes y todos los profesionales vinculados al campo de la salud.
La misión del médico de cabecera, también llamado médico de familia o de medicina general, es primordial y abarca diferentes tipos de intervenciones:
– En la salud, brinda consejos preventivos, controles periódicos
– En la enfermedad establece diagnósticos, efectúa curas, extiende recetas, ofrece consejos y orientación, sugiere las interconsultas con otros profesionales y controla los gastos sanitarios.
Función
El médico de cabecera, es el profesional que conoce bien a sus pacientes, tanto en el sentido médico (antecedentes de salud personales y familiares) como personal (vida privada y profesional).
A menudo, atiende a varios integrantes de una misma familia. Este conocimiento tan amplio resulta muy valioso, ya que permite adaptar los tratamientos a las características del paciente y explicárselos del modo más apropiado. De esta forma se consigue que el paciente siga el tratamiento correctamente.
La calidad de la relación humana y la proximidad hacen del médico de cabecera un interlocutor privilegiado.
Al mismo tiempo, existen profesionales de la medicina que se dedican a una especialidad concreta que sólo tiene en consideración una enfermedad precisa y no a la persona en su integridad.
El médico de cabecera ha sabido constituir una red de especialistas de los que conoce las cualidades y el método de trabajo. Por lo tanto, es el más indicado para solicitar la opinión de un colega especialista. Por medio de un escrito que explica la demanda terapéutica, el paciente puede dirigirse al especialista.
El médico de cabecera puede hacer la síntesis de un tratamiento que requiere la intervención sucesiva de varios especialistas.
La salud de cada persona constituye un gigantesco rompecabezas y el médico de familia dispone del máximo número de piezas para poder comprender y analizar globalmente la salud de los pacientes. Por este motivo, su actuación puede servir para proteger a los pacientes de ciertas enfermedades o complicaciones de las mismas como: eventos cardiovasculares, algunos tipos de cánceres, toxicomanía, depresión, ciertas enfermedades endócrinas, entre otras.
Médico de ciudad vs rural
La vida del médico de cabecera es muy diferente si ejerce en la ciudad o en el ámbito rural. En la ciudad, la práctica varía según la zona en la que trabaje. En algunas zonas populares, predominan las problemáticas sociales.
El médico de cabecera suele ser el único interlocutor de los pacientes en el campo de la salud. Atiende a muchos niños y mujeres embarazadas. En algunos casos se trata de familias que tienen pocos recursos para acudir al pediatra o al ginecólogo. En otras zonas, las demandas pueden ser totalmente diferentes.
El médico rural suele estar solo en su zona de intervención, ya que el hospital y los médicos especialistas, por lo general, están alejados geográficamente. Debe afrontar todo tipo de situaciones, desde pequeñas intervenciones de cirugía menor a determinadas urgencias.
Para hacer sus visitas, ha de recorrer muchos kilómetros, ya que sus pacientes suelen ser ancianos y no disponen de un vehículo ni pueden desplazarse.
Formación continuada
La formación continuada, así como las publicaciones especializadas, los seminarios y los congresos profesionales, permiten al médico adquirir competencias complementarias y poner al día sus conocimientos. El hecho de formar grupo con otros médicos de cabecera o con especialistas es muy interesante; de esta forma, el médico no está aislado en su práctica y, cuando se presenta un caso difícil, puede consultar con otros colegas.
Elección del médico
El primer criterio que hay que tener en cuenta es la calidad profesional del médico, es decir, su capacidad para establecer un buen diagnóstico, prescribir un tratamiento adecuado y orientar al paciente hacia un especialista apropiado.
La proximidad geográfica o el hecho de que el médico se desplace son factores importantes si no se dispone de medio de transporte o si algún miembro de la familia no se desplaza con fiabilidad.
No hay que cambiar muy a menudo de médico, ya que el conocimiento profundo del paciente (de sus antecedentes médicos, de su modo de vida) es importante.
Es recomendable no juzgar al médico por su aspecto o su origen o elegirle simplemente por su precio o su tendencia a recetar en exceso.